Esta es una traducción de la página original en inglés.

Docentes, ayuden a su alumnado a evitar el uso de Zoom

Cuando comenzó la emergencia sanitaria global provocada por la COVID-19, los centros educativos empezaron a impartir las clases a distancia. La urgencia por asegurar la continuidad de las clases dejó poco margen para el debate en torno a la elección de un software que ofrezca al alumnado la posibilidad aprender. Debido a ello, en el ámbito educativo se ha adoptado mayoritariamente software que niega la libertad y vulnera la privacidad.

Zoom, un programa de videoconferencia privativo que se está haciendo cada vez más peligrosamente popular, es un ejemplo de ese tipo de tecnología dañina. Rogamos a los docentes que no pidan a los alumnos que instalen Zoom en sus ordenadores, ni que utilicen la versión web, pues esta también ejecuta código de Zoom en el ordenador.

A quienes imparten clases a distancia con Zoom

Es lamentable que esté utilizando Zoom, un programa que no es libre, que espía a los usuarios y que arrebata la libertad informática a sus alumnos y alumnas, y también a usted. Al usar Zoom, el alumnado depende de un programa que puede ser alterado por una empresa de manera unilateral. De esta forma, se niega a los alumnos la libertad de aprender acerca de la tecnología y su funcionamiento.

Si empuja a sus alumnos a utilizar Zoom, pueden adquirir un mal hábito y continuar utilizándolo también fuera de clase, renunciando así a la privacidad de sus comunicaciones. No aprenderán a tener el control de sus datos y operaciones informáticas.

Para impartir clases a distancia sin perder rendimiento técnico y, lo que es más importante, sin renunciar a la libertad de su alumnado, puede utilizar programas libres como BigBlueButton o Jitsi. Al elegir estos y otros programas libres para la educación, estará dando a los alumnos más interesados la posibilidad de aprender acerca del software que utilizan a diario, de manera que algún día algunos serán capaces de adaptarlo a sus necesidades y contribuir a una comunidad más amplia. Incluso quienes no tengan ese tipo de interés se beneficiarán de utilizar un programa que respeta su libertad y no los espía, a la vez que adquirirán el buen hábito de no renunciar a su libertad.

La elección de software libre para sus clases tendrá un impacto positivo en la formación continua, una habilidad esencial para todo estudiante. Efectivamente, los estudiantes aprenderán que tienen la posibilidad de ejecutar, estudiar, modificar y compartir cualquier software libre que deseen, de acuerdo con sus intereses y necesidades. Por contra, adoptando software privativo se enseña a los alumnos a convertirse en meros «consumidores» [*] de una interfaz de usuario, sin ningún poder sobre la tecnología que están utilizando.

Si ha decidido utilizar Zoom en sus clases por propia iniciativa, le instamos a que opte por software más ético.

Si la administración de su centro obliga a usar Zoom, hábleles y solicite que le permitan sustituirlo por un programa libre. Pida ayuda al resto del profesorado y explíqueles por qué la libertad del software es primordial para la educación.

Último recurso

Si no le es posible eliminar Zoom, le proponemos una solución temporal, solo como último recurso para que su alumnado pueda recibir las lecciones sin sentirse oprimido por Zoom. No lo recomendamos como solución estable, a largo plazo.

  1. Un día o dos antes de la clase, publique los materiales gráficos por algún medio respetuoso con la libertad, de manera que los alumnos puedan descargarlos. Para ello sirve cualquier sitio web simple y anticuado.
  2. Pida a los alumnos y alumnas que se conecten por teléfono con el servidor de Zoom; comuníqueles el número y el código de la conversación. De ese modo podrán escuchar el audio de la sesión con los materiales gráficos a la vista.
  3. Explíqueles que lamenta el uso de Zoom y que existen programas libres que pueden utilizarse en su lugar. Remítales a https://www.gnu.org/education/edu-why.html para que conozcan las razones por las que los programas privativos, como Zoom, no deben tener cabida en el ámbito educativo (ni en ningún otro ámbito de la vida).
  4. Si está permitido, grabe cada sesión de Zoom y póngala luego a disposición del alumnado en algún medio que respete la libertad.

Si su centro educativo utiliza Zoom para los exámenes y los alumnos lo rechazan, usted, como docente, puede concertar otra reunión en paralelo o una convocatoria alternativa para el examen en la que se utilice alguno de los programas libres arriba mencionados. Otra posibilidad es montar un puesto con un ordenador en el que esté instalado Zoom, donde los alumnos puedan hacer el examen. De ese modo no se verán obligados a instalar Zoom en sus ordenadores y el uso de este programa se limitará a la realización del examen. Si hace esto, recomendamos que el ordenador de la escuela funcione con una distribución de software libre.

Con solo mencionar a su alumnado esta posibilidad, cosa que puede hacer más de una vez, estará alentándolos a resistirse a Zoom y demás programas que pisotean las libertades, y evitará inculcarles un espíritu de rendición.

Usted seguirá utilizando Zoom, lo cual va en detrimento de su libertad. Algunos de sus alumnos seguirán utilizando Zoom, lo cual va en detrimento de su libertad. Pero gracias a su empeño, algunos de ellos podrán evitar el uso de Zoom, y ese es un triunfo.

Esta alternativa está pensada como solución a corto plazo que permite a los alumnos evitar Zoom ahora, en vez de esperar al siguiente año lectivo. A largo plazo es fundamental pasar al software libre y a programas de videoconferencia como Jitsi o BigBlueButton.

Todo software debe ser libre, y este es un pequeño paso en esa dirección. Decir NO a la informática injusta aunque sea una sola vez es siempre de ayuda.

Aquí se ofrecen ejemplos de gente que se ha resistido con éxito al software que no es libre.


[*] El término «consumidor» debe evitarse o emplearse con cautela.