Esta es una traducción de la página original en inglés.

Superar la inercia social

Han pasado casi dos décadas desde que la combinación de GNU con Linux hizo posible usar un PC en libertad. Desde entonces hemos recorrido un largo camino. Ahora se puede incluso comprar un ordenador portátil con GNU/Linux preinstalado en más de una tienda de hardware, aunque los sistemas que usan no están completamente formados por software libre. Entonces, ¿qué nos impide alcanzar el éxito total?

El principal obstáculo para el triunfo de la libertad del software es la inercia social. Existe de muchas formas y seguramente ha visto algunas de ellas. Por ejemplo, los dispositivos que funcionan únicamente con Windows, los sitios web comerciales accesibles solo con Windows y el reproductor iPlayer de la BBC, que lleva esposas digitales y se ejecuta solo en Windows. Si se valora la conveniencia a corto plazo en lugar de la libertad, se podría pensar que estas son razones suficientes para usar Windows. La mayoría de compañías usan Windows, por lo que los estudiantes, que piensan a corto plazo, quieren aprender a usar Windows y les piden a los centros educativos que lo enseñen. Los centros educativos enseñan Windows, lo que produce graduados que están habituados a usar Windows, lo que anima a las empresas a usar Windows.

Microsoft promueve activamente esta inercia: anima a los centros educativos a inculcar la dependencia de Windows y contrata la construcción de sitios web que luego resultan funcionar solo con Internet Explorer.

Pocos años atrás, Microsoft sostenía en sus anuncios publicitarios que resultaba más barato utilizar Windows que GNU/Linux. Esas comparaciones fueron desacreditadas, pero merece la pena señalar que el mayor error de esa argumentación está en que presupone implícitamente una forma de inercia social: «En la actualidad, son más los técnicos que conocen Windows que GNU/Linux». Quienes valoran su libertad no renunciarían a ella por ahorrar, pero muchos empresarios abrazan la idea de que cada cosa que poseen, incluso su libertad, debería ponerse en venta.

La inercia social está formada por personas que la han aceptado. Cuando nos rendimos ante la inercia social, somos parte de ella y contribuimos a la presión que ejerce sobre los demás. Cuando nos resistimos a la inercia social, la disminuimos. La inercia social se derrota identificándola y tomando la decisión de no formar parte de ella.

Hay aquí un punto débil que retrasa la evolución de nuestra comunidad: la mayoría de los usuarios de GNU/Linux nunca ha oído hablar de las ideas de libertad que motivaron el desarrollo de GNU, de modo que continúan juzgando las cuestiones en base a la conveniencia a corto plazo en lugar de la libertad. Esto los hace vulnerables a que la inercia social los arrastre por las narices para que pasen a formar parte de ella.

Para darle a nuestra comunidad fuerza para resistir, tenemos que hablar de software libre y libertad, no meramente de los beneficios prácticos que mencionan los partidarios del código abierto.Y hemos de oponernos al software privativo pasando a la acción siempre que podamos, expresando nuestras razones de viva voz. Cuanta más gente se dé cuenta de lo que hay que hacer para superar la inercia, más progresaremos en esa dirección.