Esta es una traducción de la página original en inglés.

Desafío al sentido común: La SCO reclama la nulidad de la GPL

Lunes 18 de agosto de 2003

Ahora que el viento sopla en otra dirección y la SCO se está enfrentando a la disolución de sus argumentos jurídicos alegando que «hará valer sus derechos de propiedad intelectual» cuando en realidad está infringiendo masivamente los derechos de los demás, la compañía y sus abogados han echado por la borda incluso la apariencia de responsabilidad legal. El Wall Street Journal de la semana pasada publicó declaraciones de Mark Heise, asesor externo de la SCO, en las que este cuestiona la «legalidad» de la Licencia Pública General de GNU (GNU GPL) de la Free Software Foundation. La GPL protege contra los reclamos infundados de la SCO por costos de licencia que, según afirma, los usuarios de software libre deberían pagar. La GPL también prohíbe a la SCO que siga distribuyendo el núcleo Linux, distribución que infringe el copyright de miles de contribuidores del núcleo en todo el mundo. Como lo demuestra la contrademanda que IBM presentó recientemente por infracción del copyright y violación de la GPL, la GPL es el baluarte de la defensa legal de la comunidad contra el mal comportamiento de la SCO. Naturalmente, uno podría suponer que la SCO presentará las mejores argumentaciones posibles contra la GPL y su aplicación a la situación actual. Pero dichas argumentaciones no existen, ni siquiera existen buenos argumentos, y lo que declaró el abogado de la SCO es un sinsentido absoluto y carente de profesionalidad.

Según el periódico, el Sr. Heise anunció que la SCO cuestionaría la «legalidad» de la GPL basándose en que la GPL autoriza a los licenciatarios a realizar copias ilimitadas de los programas que cubre, mientras que la ley de copyright solo admite una. La GPL, según las palabras del Sr. Heise al periódico, «está sujeta a la ley federal de copyright».

Este argumento es frívolo, con lo cual quiero decir que presentarlo ante un tribunal sería una falta de profesionalidad por parte del Sr. Heise o cualquier otro abogado. Si fuese verdad, ninguna licencia de copyright podría autorizar la realización de copias múltiples del programa. La GPL no sería la única licencia «ilegal». La supuesta teoría del Sr. Heise invalidaría también las licencias BSD, Apache, AFL, OSL, MIT/X11 y todas las demás licencias de software libre. Invalidaría la licencia Shared Source de Microsoft. También eliminaría el método que utiliza Microsoft para la distribución del sistema operativo Windows, que consiste en que los fabricantes de discos preinstalan el sistema en los discos duros que luego entregan a cientos de miles de fabricantes de ordenadores. Según las afirmaciones del Sr. Heise, las licencias que autorizan a los fabricantes de discos duros y de ordenadores a realizar múltiples copias del sistema operativo de Microsoft también violarían la ley. Sería una gran sorpresa para Redmond.

Desde luego, la afirmación del Sr. Heise no es más que un sinsentido basado en una interpretación intencionalmente errónea de la ley de copyright, y sería motivo para ser reprobado en cualquier examen sobre copyright de cualquier facultad de Derecho. El Sr. Heise se refiere al artículo 117 de la ley de copyright de los Estados Unidos de América (US Copyright Act), que se titula «Limitación de los derechos exclusivos: programas informáticos», y que establece lo siguiente:

(a) No obstante las disposiciones del artçiculo 106, no constituye infracción por parte del propietario de una copia de un programa informático hacer o autorizar la realización de otra copia o una adaptación de dicho programa, siempre que:

(1) la creación de la nueva copia o la adaptación constituyan un paso esencial para la utilización del programa informático conjuntamente con una máquina y que no sea utilizado de ninguna otra manera; o

(2) la nueva copia o la adaptación se realicen solo para propósitos de archivo y se destruyan todas las copias archivadas en caso de que la posesión continuada del programa informático deje de ser legítima.[1]

El texto lo expresa claramente: el artículo 117 dice que, aunque la ley generalmente prohíbe hacer copias de una obra que tiene copyright sin licencia, en el caso de los programas informáticos uno puede hacer e incluso modificar la obra para ciertos propósitos sin ninguna licencia en absoluto. Alegar que esta disposición establece un límite a lo que los titulares del copyright pueden autorizar a través del licenciamiento de sus derechos exclusivos es completamente falso. No encuentra ningún fundamento, ni en las leyes, ni en la historia legislativa, ni en la jurisprudencia y ni siquiera en la política constitucional que hay detrás del sistema del copyright. Si se presentara esta argumentación en un tribunal, seguramente sería rechazada.

La publicación de esta sorprendente declaración es en realidad una buena noticia para los programadores y usuarios de software libre. Pone en evidencia que la SCO no cuenta con ninguna defensa en absoluto contra la GPL. Ya ha recurrido a un sinsentido para dar a los inversores la impresión de que puede evadir el inevitable día del juicio final. Lejos de marcar el comienzo de una amenaza significativa para la vitalidad de la GPL, el día en que la SCO presentó su desafío al sentido común se confirmó la fortaleza de la GPL y su importancia en la protección de la libertad.


[*] Eben Moglen es profesor de Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia. Se desempeña ad honorem como Director General Jurídico de la Free Software Foundation.

Notas de traducción

[1] Las traducciones de los tres extractos de la ley de copyright de los Estados Unidos de América (US Copyright Act) no tienen validez oficial. A continuación los textos originales:

(a) Notwithstanding the provisions of section 106, it is not an infringement for the owner of a copy of a computer program to make or authorize the making of another copy or adaptation of that computer program provided:
(1) that such a new copy or adaptation is created as an essential step in the utilization of the computer program in conjunction with a machine and that it is used in no other manner, or
(2) that such new copy or adaptation is for archival purposes only and that all archival copies are destroyed in the event that continued possession of the computer program should cease to be rightful.