Esta es una traducción de la página original en inglés.

Sobre el fallo contra Microsoft

Muchos usuarios de GNU/Linux ven este sistema como un rival de Microsoft, pero el movimiento del software libre se propone resolver un problema mucho más grande que Microsoft: el software privativo, que no es libre, diseñado para dejar a los usuarios indefensos y prohibir la cooperación. Microsoft es el mayor desarrollador de este tipo de software, pero muchas otras compañías tratan igualmente mal la libertad de los usuarios, y si no han encadenado a tantos usuarios como Microsoft, no es por falta de intentos.

Puesto que Microsoft es solo parte del problema, su derrota en el proceso antimonopolio no es necesariamente una victoria para el software libre. Serán las sanciones específicas que el juez imponga a Microsoft las que determinarán si el resultado de este pleito ayuda o no al software libre y si promueve o no la libertad de los usuarios.

Si la naturaleza de las sanciones diera la posibilidad a otras compañías de competir en la oferta de software privativo, que no es libre, el mundo libre no se vería beneficiado. La libertad no consiste en tener amos alternativos. Además, la competencia podría motivarles a realizar un trabajo «mejor»: mejor en un sentido estrictamente técnico, por lo que «competir» con ellos en la parte técnica nos podría resultar más difícil. Seguiremos ofreciendo al usuario una cosa que esas compañías no ofrecen, libertad, y los que aprecien la libertad seguirán escogiendo el software libre por esta razón. Sin embargo, los usuarios que no valoren la libertad, aquellos que escojan un sistema atendiendo solo a la conveniencia, podrán dejarse atraer por sistemas privativos «optimizados».

Incluso el fraccionamiento de Microsoft en varias empresas diferentes podría poner en peligro el software libre: al ser más pequeñas, estas empresas ya no estarían sujetas a la supervisión de una opinión pública predispuesta a condenar a Microsoft, lo que podría darles ocasión de atacar al software libre con mayor agresividad que la actual Microsoft unificada.

He sugerido algunas soluciones para este caso que ayudarán al software libre a competir con Microsoft. Por ejemplo, exigir a Microsoft que publique la documentación de todas sus interfaces, y que use las patentes solo para defenderse, no para agredir. Estas soluciones impedirían a Microsoft llevar adelante su plan de utilizar esas armas contra nosotros (según evidencian los documentos internos de Microsot que se filtraron, llamados «Halloween Documents», en los cuales se describe de qué manera planea impedir el desarrollo del sistema GNU/Linux).

Cuando veamos las resoluciones del juez, tendremos un idea de si el caso ha sido beneficioso o perjudicial para el movimiento del software libre.