Esta es una traducción de la página original en inglés.

La GPL de GNU y el «estilo americano»

Microsoft describe la Licencia Pública General de GNU (GPL de GNU) como una licencia de «código abierto», y dice que va contra el «estilo americano» [1]. Para entender la GPL de GNU, y reconocer cómo encarna el «estilo americano», primero debe usted saber que la GPL no fue diseñada para el código abierto.

El movimiento del código abierto, iniciado en 1998, aspira a desarrollar software potente y fiable, y tecnología avanzada, invitando al público en general a colaborar en el desarrollo del software. Muchos de los programadores de este movimiento usan la GPL de GNU, y nos congratulamos de ello. Pero las ideas y la lógica de la GPL no se encuentran en el movimiento del código abierto. Estas ideas provienen de los objetivos y valores más profundos del movimiento del software libre.

El movimiento del software libre se fundó en 1984, pero fue inspirado por los ideales de 1776: libertad, comunidad y cooperación voluntaria. Esto es lo que conduce a la libre empresa, a la libertad de expresión y al software libre.

Al igual que en «libre empresa» y en «libertad de expresión», el término «libre» en la expresión «software libre» se refiere a la libertad, no al precio [2]. Concretamente, esto significa que usted tiene libertad para estudiar, modificar y redistribuir el software que utiliza. Estas libertades permiten que los ciudadanos se ayuden a sí mismos y también entre ellos, y que de ese modo participen en una comunidad. Esto contrasta con el más común software privativo, que mantiene a los usuarios desamparados y divididos: el funcionamiento interno de los programas es secreto, y no se le permite compartir el programa con su prójimo. El software potente y fiable y la tecnología avanzada son útiles subproductos de la libertad, pero la libertad de contar con una comunidad es importante por sí misma.

No podíamos establecer una comunidad de libertad en la tierra del software privativo, en la que cada programa tenía su amo. Teníamos que fundar un nuevo territorio en el ciberespacio: el sistema operativo libre GNU, que comenzamos a escribir en 1984. En 1991, cuando GNU ya estaba casi terminado, el núcleo Linux escrito por Linus Torvalds rellenó el último hueco. Pronto el sistema libre GNU/Linux estuvo disponible. Hoy, millones de usuarios utilizan GNU/Linux y gozan de las ventajas de la libertad y de la comunidad.

Diseñé la GPL de GNU para apoyar y defender las libertades que definen el software libre. En términos análogos a los que se usaron en 1776, tales libertades se establecen como derechos inalienables para los programas publicados bajo la GPL. Esta licencia garantiza la libertad para estudiar, modificar y redistribuir el programa, y explicita que nadie está autorizado a quitarle estas libertades redistribuyendo el programa bajo una licencia restrictiva.

En aras de la cooperación, animamos a los demás a que modifiquen y amplíen los programas que publicamos. En aras de la libertad, establecemos la condición de que estas versiones modificadas de nuestros programas deben respetar la libertad de los usuarios exactamente igual que la versión original. Animamos a la cooperación recíproca mediante el rechazo de los parásitos: cualquiera que desee copiar partes de nuestro software para usarlas en su programa debe a su vez permitirnos utilizar partes de ese programa en los nuestros. Nadie está obligado a unirse a nuestro club, pero los que deseen participar deben ofrecernos la misma cooperación que reciben de nosotros. Esto hace que el sistema sea justo.

Millones de usuarios, decenas de miles de programadores y grandes empresas como IBM, Intel y Sun, han elegido participar sobre esta base. Pero algunas empresas quieren obtener las ventajas sin asumir las responsabilidades.

En ocasiones, algunas empresas nos han dicho: «Haríamos una versión mejorada de este programa, si usted nos permite distribuirla como software privativo». Y nosotros les decimos: «No, gracias. Sus mejoras podrían ser útiles si fueran libres, pero si no podemos utilizarlas con libertad, no son buenas en absoluto». Entonces recurren a nuestros egos, diciendo que nuestro código tendrá «más usuarios» dentro de sus programas privativos. Nosotros respondemos que valoramos la libertad de nuestra comunidad más que cualquier forma irrelevante de popularidad.

Seguramente a Microsoft le gustaría usar nuestro código en su beneficio sin asumir las responsabilidades que esto conlleva, pero su objetivo al atacar la GPL de GNU es más específico. Microsoft generalmente es más conocida por imitar que por innovar. Cuando Microsoft hace algo nuevo, su propósito es estratégico: no pretende mejorar la informática por el bien de los usuarios, sino obstaculizarles el acceso a otras alternativas.

Microsoft utiliza una estrategia anticompetitiva llamada «abarcar y extender». Esto significa que comienza con tecnología que ya se está utilizando, agrega un cambio insignificante (que es secreto, para que nadie pueda imitarlo) y después utiliza esa modificación secreta para que solamente el software de Microsoft pueda comunicarse con otro software de Microsoft. En algunos casos, esto dificulta el uso de un programa que no sea de Microsoft cuando se trabaja con personas que usan programas de esa empresa. En otros casos, se hace difícil utilizar un programa que no sea de Microsoft para realizar la tarea A, si se utiliza un programa de Microsoft para la tarea B. En cualquiera de los dos casos, la estrategia «abarcar y extender» aumenta el efecto del poder de mercado de Microsoft.

Ninguna licencia puede evitar que Microsoft practique su estrategia de «abarcar y extender» si están decididos a hacerlo cueste lo que cueste. Si escriben su propio programa desde cero, sin usar nuestro código, la licencia de nuestro código no les afecta. Pero una reescritura total es costosa y difícil, y ni siquiera Microsoft puede hacerlo en todos los casos. De ahí su campaña para persuadirnos de que abandonemos la licencia que protege a nuestra comunidad, la licencia que no les dejará decir: «Lo que es tuyo es mío, y lo que es mío es mío». Pretenden que les dejemos tomar lo que quieran sin dar nunca nada a cambio. Pretenden que abandonemos nuestros medios de defensa.

Pero el «estilo americano» no consiste en la indefensión. En la tierra de los audaces y los libres, defendemos nuestra libertad con la GPL de GNU.

Addendum:

Microsoft afirma que la GPL va contra los «derechos de propiedad intelectual». No tengo ninguna opinión sobre los «derechos de propiedad intelectual», puesto que es un término demasiado amplio como para tener una opinión sensata acerca de él. Es un «abarcatodo» que incluye el copyright, las patentes, las marcas registradas y otras áreas dispares de la ley. Estas áreas son tan diferentes —tanto en lo que respecta a las leyes en sí como a sus efectos— que cualquier declaración que las englobe todas es ciertamente simplista. Para pensar inteligentemente sobre el copyright, las patentes o las marcas registradas, hay que considerarlas por separado. El primer paso es no agruparlas bajo el término «propiedad intelectual».

Necesitaría una hora para exponer mi punto de vista sobre el copyright, pero un principio general es que el copyright no puede justificar que se denieguen a la sociedad libertades importantes. Como dijo Abraham Lincoln: «Siempre que haya un conflicto entre los derechos humanos y el derecho a la propiedad, los derechos humanos deben prevalecer». El objetivo del derecho a la propiedad es fomentar el bienestar humano, no utilizarlo como excusa para ignorarlo.

Notas de traducción

[1]: A lo largo de este artículo, el término «americano» se refiere únicamente a los Estados Unidos de América.
[2]: En inglés, «libre» se dice «free», término que también significa «gratuito». Por ello, la frase «free software» a veces es mal interpretada, lo cual no sucede con su equivalente «software libre» en español.