Esta es una traducción de la página original en inglés.

Incompatibilidades en el software privativo


El software que no es libre (privativo) a menudo es malware (diseñado para maltratar a los usuarios). El software que no es libre está controlado por quienes lo han desarrollado, lo que los coloca en una posición de poder sobre los usuarios; esa es la injusticia básica. A menudo los desarrolladores y fabricantes ejercen ese poder en perjuicio de los usuarios a cuyo servicio deberían estar.

Habitualmente, esto suele realizarse mediante funcionalidades maliciosas.


Una de estas funcionalidades maliciosas es la intencionada incompatibilidad de un programa con software de terceros que opera con el mismo tipo de datos.

Un tipo muy común de incompatibilidad es el uso de formatos o protocolos secretos. Esto impide o hace muy difícil que los usuarios puedan pasarse a algún otro programa, y en particular, instalar software libre que pudiera liberar el dispositivo en el que se ejecuta ese software.

Además de ir directamente en contra de la competencia, los formatos secretos ponen en riesgo los datos digitales de los usuarios. Por ejemplo, recuperar datos antiguos se volverá muy complicado si se deja de mantener el software privativo que puede leerlos.

Otra clase de incompatibilidad se produce cuando el sistema hace que alguna operación importante que sería necesaria para migrar los datos a otro sistema sea tan engorrosa o lenta que resulte impracticable, a menos que se trate de una pequeña cantidad de datos.

Más en general, las principales compañías tecnológicas suelen imponer restricciones artificiales a la interoperabilidad de sus productos con el propósito de monopolizar el mercado, y esto lo consiguen a menudo mediante malware privativo.

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